26 noviembre 2006

Marianus, ese gran amigo que todos deberíamos tener

Friedich
Recibo un email de Mariano, un amigo que conozco desde que íbamos juntos a parvulitos, con el que he compartido toda clases de momentos y del que he aprendido muchas, pero que muchas cosas: Gabriel Celaya en "A Miguel Labordeta"
Las últimas noticias son normales, muy tristes se casan con notarios nuestras adolescentes. A reflexionar.

9 comentarios:

El argonauta enmascarado dijo...

Sinceramente, da pena y tristeza que sea normal observar como se va deteriorando la escala de valores en nuestra sociedad.
Creo que estamos alimentando un monstruo que acabara devorándonos. Esperemos que cada vez sea mas gente la que se de cuenta de la gravedad.
Saludos, Capitán.

Anónimo dijo...

En dos años perdi dos grandes amigos.
De su partida aprendí mucho, igual que del vacio que dejaron.
Vivimos en una sociedad de pura pantomima y a la mayoría de personas parece no importarles en abosoluto.
Triste panorama.

Anónimo dijo...

Pero no seas tan modesto, Marianius también ha aprendido muchas cosas de ti.

´´ dijo...

Los amigos !!! Hay amigos de esos que conoces desde siempre , de cuando en el patio del colegio le preguntas , tu que quieres ser de mayor ? y lo escogias el primero para el equipo de futbol aunque fuera el peor jugando ,pasan los años y te sigues viendo vas a su boda y un dia a su entierro y le sigues preguntando y el no sabes como sigue respondiendo .

Javier Luján dijo...

Sólo hay una cosa mejor que un amigo: una amante que sea tu amiga.

Anónimo dijo...

Yo también te quiero,


Mariano

Carlos Paredes Leví dijo...

Se casan con notarios. Y con todo, lo peor, es que lo llaman amor.
Pienso en Bob Dylan, "los tiempos están cambianod". Tanto, que parece que siempre fueron los mismos.

Javier Luján dijo...

Sí, Carlos, todos los tiempos no han sido más que una mala película de Los Hermanos Marx. Y seguirán siéndolo, por necesidad.
Un saludo.

Carlos Paredes Leví dijo...

Creo que cometemos un error recreándonos en lo que fue y pudo haber sido. No vale la pena continuar con ello. Yo decidí embarcarme en una ruptura discernible con la realidad, y no quiero que nada ni nadie me detenga en mi propósito.
Un saludo